Son muchos los estilos de escritura que un autor utiliza para el desarrollo de su obra. Estilos como el Formal, el Enfático, el Retorico o Poético. Todos, evidentemente, validos. Pero cuando tratamos de una novela basada en una temática como la que este escritor escoge para su libro no se puede caer en lo aséptico, en lo “asertivo” sin más. Eso es válido para un informe técnico, una noticia del periódico o cualquier texto en donde prime el valor informativo, pero no para la narrativa de un hecho despiadado, cruel y real como el que se ocupa en este libro.

El narrador nos afirma una serie de hechos, y los afirma sin vacilación alguna, sin apenas matices. No hay dudas en su voz, ni reticencias, ni ironía, ni amargura. Ni siquiera escuchamos una voz, sino una enunciación impersonal, casi mecánica. El autor/narrador no nos transmite la conciencia viva de estar contando algo, prescinde de toda subjetividad y emociones.

Me parece repugnante. Un escritor, un pintor, un músico, un artista en general usurpa un tema, lo hace suyo para representar con su arte lo que quiere expresar o exponer. Los fusilamientos del 2 de Mayo del maestro Goya no es solamente un conjunto de magistrales pinceladas y técnica sorprendente, se refleja el dolor en las caras de los fusilados, la luz lúgubre de un candil, los verdugos son indefinidos….. Goya pinta con el alma, con su alma y nos transmite esa amargura. Se compromete con el tema usurpado, lo respeta.

No se puede describir unos hechos como los que aparecen en este libro para solamente decir…..”Joooo que malos son esos talibanes… y pobres chicas, verdad?.......”, colgar ese libro en un escaparate y esperar a sus pingües beneficios para seguir viviendo y disfrutando abstrayéndose de la realidad absoluta como es la que esa sociedad, esa cultura tan distante, tan avanzada como en la que esta es coparticipe absoluta de ese horror.

Horrorizar es “sentimiento intenso causado por algo terrible y espantoso”

Conmover “ Perturbar, inquietar, alterar, mover fuertemente y con eficacia

No basta con horrorizarse, conmovámonos y eso conlleva moverse