Una novela ácida y provocadora que ha impactado a miles de
lectores en todo el mundo. ¿Hasta dónde es capaz de llegar un padre para
encubrir a un hijo que comete un delito injustificable? ¿Debe prevalecer el
instinto de protección paterna, o la lealtad a unas normas sociales que
garantizan la coherencia y la fortaleza del grupo? Estas y otras preguntas de
igual calibre surgen como dardos durante la lectura de La cena, una novela
ácida y provocadora que apunta sin miramientos a toda una clase social acomodada
de los Países Bajos y, por extensión, de toda Europa, instalada en una inercia
de autosatisfacción y complacencia, e indiferente hacia el devenir de la
generación que ha de sucederla. Dos parejas se han citado a cenar en un moderno
y exclusivo restaurante de Ámsterdam. Mientras saborean el aperitivo y charlan
con aparente despreocupación sobre la última película de moda y sus planes para
las vacaciones, son conscientes de que, tarde o temprano, deberán abordar el
incierto y acuciante asunto que los ha llevado a reunirse: el futuro de Michel
y Rick, sus hijos de quince años, que según algunos indicios podrían estar
envueltos en un caso de violencia grave. Así pues, tras los postres, cuando la
cena llegue a sus últimos compases, la tensión entre los comensales habrá
alcanzado su punto culminante y la cadena de secretos y revelaciones confluirán
en un final dramático en el que nadie podrá esgrimir su inocencia. Tras
cosechar un éxito inmediato y arrollador en Holanda copó las
listas de bestsellers, y ya ha vendido más de 340 mil ejemplares, La cena ganó el Premio del Público y fue declarado Libro del Año
2009.
Critica publicada en
Lacasadellibro.com
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